8.3.09

HOMENAJE A UNA LUCHADORA ..


CoRrIeNtEs dE PiE- pORtAL AlTeRnAtIvO...

UNA VOCACION RELIGIOSA DE LUCHAR POR LA IGUALDAD
Martha Pelloni, mujer peregrina que eligió ser la voz de los más débiles

Fecha Publicación: Domingo, 08 de Marzo de 2009

En los 90' decidió que tras décadas de enseñanza en las aulas era necesario salir a las calles. Lideró 60 marchas de silencio en Catamarca pidiendo justicia por el crimen de María Soledad. Ahora lucha en suelo correntino pero reconoce que es más difícil que antes. En el Día Internacional de la Mujer invita a afianzar la identidad femenina.



En los noventa, Martha Pelloni se transformó en una mujer pública al liderar las marchas de silencio por el asesinato de María Soledad Morales.
(((LOS NUMEROS)) 11.500 de sitios en la web hacen referencia a Martha Pelloni, de los cuales 4.440 corresponden a páginas en español.


(((EL DATO))) La religiosa Martha Pelloni en el 2005 fue una de las cinco mujeres argentinas nominadas al Premio Nobel de la Paz.

CYNTHIA CASCO
De la redacción


"Nunca renuncié a nada, en todo caso elegí servir a Dios", asegura Martha Pelloni, quien en 1965 tomó los hábitos en las Carmelitas Misioneras Teresianas y años después saltaría a la popularidad cuando en Catamarca lideró el reclamo de justicia por el asesinato de una de sus alumnas, María Soledad, en un hecho que incluso provocó la caída del Gobierno provincial.
Así comenzó a peregrinar por terrenos escabrosos en defensa de los más vulnerables y en búsqueda de la igualdad de género. Y los caminos la trajeron a Corrientes donde trabaja desde hace unos años.
En el Día Internacional de la Mujer que se conmemora hoy, la religiosa más mediática de la feligresía argentina asegura que el machismo preponderante en la mayoría de las sociedades en las que le tocó vivir, impide avanzar en la defensa de los derechos humanos. "En lugares muy carenciados la mujer está sólo para tener hijos", sostiene Pelloni, quien destaca que "es una lucha constante para la mujer Argentina lograr un lugar".
Además, en el diálogo con El Litoral, afirma que a diario observa casos de explotación laboral, familiar y social que padecen las mujeres.
Aclara en este sentido que "yo no creo en el feminismo ni en el complemento, sino en la integración de las características de la mujer y el hombre para enriquecer la cultura humana".
En búsqueda de ese objetivo trabaja a diario hace varios años. Es que la religiosa eligió servir a Dios pero eso no le impide estar involucrada con aquellos que de una u otra forma son víctimas tanto de la trata de personas, abusos, adicciones y hasta de las sustracciones de bebés.
"Ahora por ejemplo estamos trabajando con una organización denominada 'Infancia Robada' junto a un grupo interdisciplinario con el cual contenemos a las víctimas pero también brindamos capacitaciones en las escuelas", cuenta Pelloni. Al mismo tiempo enumera algunos casos en los cuáles lograron obtener resultados favorables. Uno de ellos fue la aprehensión en Goya, semanas atrás, de una mujer sobre la que pesan sospechas de ser reclutadora de menores para ser explotadas sexualmente.
En este contexto no deja de reconocer que "ahora es más difícil probar ciertos delitos que hace 20 años porque existen profesionales involucrados capaces de hacer que todo parezca legal". Dijo que eso se ve, en especial, en la venta de bebés porque con determinados artilugios logran que parezca una adopción.
Este tipo de obstáculos, Pelloni asegura que no le hará bajar los brazos sino que por el contrario continuará reclamando el compromiso de las autoridades de los diferentes estamentos.
"Se necesitan decisiones políticas que permitan cambiar especialmente la Justicia para evitar casos como los que tenemos en Buenos Aires, donde se le da la tenencia a padres que abusaron de sus hijos", destacó Pelloni.
Si bien esas situaciones, en las cuales los derechos parecen desaparecer y reinar la injusticia, podrían mostrar que la lucha es en vano, la religiosa asegura que hay que insistir en la defensa de los más vulnerables.
Este es un camino que eligió transitar hace más de cuatro décadas. Vivió y luchó en diferentes lugares pero ahora sus huellas están quedando impresas en suelo correntino.